jueves, 20 de diciembre de 2012

EL NARCOTRAFICO Y SU PERCEPCION SOCIAL

En este caso tratare de ejemplificar todo lo desarrollado por mi hasta el momento en un caso concreto. Para ello considero necesario conocer la implicación social en el fenómeno del narcotráfico. Mucho se ha dicho y relacionado sobre la vinculación entre narcotráfico y familias dedicadas al mar; sobre el narcotráfico y las altas tasas de paro entre la población joven de unos determinados lugares, etc., obviando un principio que considero esencial: es poco inteligente establecer conexiones sin plantearse la dimensión social del narcotráfico en general, no ligándolo a elementos cuantificables y sumables.

El caso que yo trato es el de la localidad gallega de Boiro, en las Rías Baixas sobre la que actúa la fuerte presencia del puerto de Ribeira y la influencia de la ría de Arousa como punto central de entrada de droga, especialmente cocaína.

La primera percepción social es la incomodidad y el silencio, el discurso justificativo de los participantes es el manido recurso de las tasas de paro, la desocupación, la relación con el mar, etc., en cuanto que ocultan un deseo de enriquecimiento relativamente rápido, ausente de control y reglamentación, un trabajo sin horarios fijos, sin control sobre los elementos principales del mismo, alejado y en paralelo a un trabajo de esfuerzo y beneficios exiguos o nulos como el de sus familiares y amigos.

Todos son conscientes, sin embargo, de que los grandes beneficiados son los que hacen de comparsa: los políticos, los que posibilitan y facilitan la actividad en tanto que se aprovechan de los mecanismos del Estado para satisfacer su beneficio personal, oscureciendo la propia labor de los narcotraficantes como potenciadores de corrupción política: no es posible la existencia de corruptores sin corruptibles y viceversa.

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